martes, 19 de diciembre de 2017

Felicidad




            
            Su despertar fue algo atípico hoy, algo más húmedo que de costumbre. Sucedió que mientras él dormía profundamente, Mindi, su perra, una hermosa boxer color café con leche sin medialunas, de pecho blanco, lamía su cara para despertarlo y lograr que le abriera la puerta, ya no aguantaba más, necesitaba salir desesperadamente.
            Pablo despertó, se puso su bata, y rezongando un poco fue a abrirle la puerta a Mindi. Puso la pava al fuego para hacer sus mates. Luego, abrigado con su poncho y llevando termo y mate, salió a encontrarse con Caleu. Sus pasos crujían sobre el hielo que había en el pasto, realmente estaba frío, pero al ver ese cielo completamente azul, el sol trepando las altas cumbres y el paisaje transerrano, no podía evitar que su ser y su rostro sonrieran.
- Buen día día, buen día Caleu.
            El día no contestó, pero Caleu sí.
            - Buen día Pablín. ¿Que contás hoy?
            - Mirá, estuve pensando un poco en esto de la felicidad, ayer trabajaba conversando con una persona y me decía que la felicidad son momentos, esto quiere decir que no es algo permanente. Como que hubiera que conformarse con algunos momentos de felicidad, y si bien no lo tengo claro, no coincido con eso.
            - ¿Será que confunde la felicidad con la alegría?
            - Que interesante esto que decís. ¿Cuál sería para vos la diferencia?
            - Yo entiendo a la alegría como una emoción, las emociones son disparadas por algo que pasa, o sea, hay algo que sucede por lo que se me dispara alegría, por ejemplo. Por otro lado son transitorias, pasajeras, no permanecen mucho tiempo. En cambio la felicidad para mí es nuestro estado natural, aparece en cuanto nos relajamos, relajamos nuestra mente, en definitiva cuando estamos presentes.
            - Que buena manera de ponerlo en palabras, así encaja con esto que yo siento, que puedo estar enojado o triste y no por eso dejar de ser feliz.
            - Así es Pablín
- Como también esto de que mi felicidad no depende de que algo pase, no depende de nada externo, es sólo un estado en el cual soy natural, sin tensiones.
            - Sí, definitivamente. También me parece que la alegría es más ruidosa, en cambio, la felicidad es más silenciosa.
            - Jaja, mirá la imagen que se me viene: el que está alegre ríe, se escucha su risa, su carcajada, el que está feliz lo ves sonriente.
            - Claro, puede ser.
            - Sí, puede ser.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Un día durante el invierno.

Había amanecido solo un par de horas atrás, el día estaba completamente despejado, como suele suceder allí en Traslasierra. Todavía estaba fresco, por eso llevaba ese ridículo look que es habitual en él cuando recién se levanta durante la temporada fría, una bata abrigada, que ata con un cinturón con nudo estilo japonés, como si estuviera vestido con kimono, un poncho por encima de la bata, calzado con sandalias, los pies abrigados con medias, las pantorrillas peludas a la vista y por supuesto llevando el termo y el mate. Camina unos pocos metros alejándose de la casa para ir al encuentro con su amigo. Ya al lado de su avión, lo destapa con cuidado y con cariño y en silencio se observan mutuamente.
-Hola Caleu, hermoso día verdad?
-Hola Pablín, así es.
Cierra sus ojos, inhala profundamente, abre sus brazos y exhala.
-¡Ahhhh! Que delicia. Sólo respirar este aire me da mucha paz.
-Veo esa paz en tu rostro, al igual que esa sonrisa. ¿Que hay en ti? ¿Qué sucedió?
-Sucedió que antes de venir encendí la compu, como siempre, sólo que buscando en una carpeta encontré un par de cosas que había escrito dedicado a quien fue mi chica, o mi compañera; uno de esos escritos era de lo maravillado que estaba con su belleza, el otro del amor que sentía por ella aunque la soltaba ya que nuestra relación había finalizado.
-Aha, ¿Y cómo te sentiste con eso?
-Creo que me sentí agradecido. Fue grato recordar esos momentos tan lindos que viví, esa intensidad, ese amor. No se, me parece raro.
-¿Raro? A mí me parece natural.
-Claro, lo que pasa es que vos también sos raro Caleu, por lo tanto lo natural tuyo sería raro.
-¡Qué!, ¿por tener una idea distinta que el común de la gente? Mirá, lo más común sería que recuerdes con el enojo que te conecta con lo que te separó, con los desacuerdos; o con la trizteza que te lleva a pensar en lo que no pudo ser. Pero, para mí lo natural es poder ver todo lo lindo que se vivió, valorarlo y atesorarlo, ya que seguramente hayan ocurrido muchos de estos momentos y es muy probable que si midiéramos los tiempos habría mucho más de vivencias lindas que feas. Por otro lado, ¿quién determinó que todas las relaciones tienen que ser para siempre?, ¿que hay de malo en una hermosa relación de unos meses, o de unos años o de 20 años?
-¿Sabés qué?, tenés razón, no hay nada de malo en ello, si no sería como decir que por que no continúa esa relación no existió o no fue buena, sería como negarla.
-Claro, me vas entendiendo.
-Sí, es tan común o tan fácil creer que por que no continúa una relación entonces nos equivocamos.
-¿Cómo vamos a habernos equivocado si en ese momento estuvo bien? Hoy tal vez veamos distinto pero hoy ya somos otros que en ese momento no éramos y vivimos cosas que aún no habíamos vivido.
-¿Sería como que el equivocarnos es posible mirando desde el presente hacia el pasado pero no es posible estando en ese momento pasado?
-Puede ser, no se si es aplicable a todo, pero a esto, definitivamente sí. Igualmente me parece que de alguna manera esto ya lo sentías, sólo que ahora está en palabras, digo esto porque ya sentías esa gratitud.
-Aha, no se, pero es una muy linda sensación esta que me deja el sentir gratitud. Gracias Caleu, disfruto mucho estas conversaciones. Bueno, nos vemos mañana, ahora tengo que salir.
Y así se fue, a emprender su día, pensando en que lindo espacio reflexivo se estaba armando con su amigo Caleu, y empezando a juzgar que había algo de sabiduría allí, sin tener claro si esa sabiduría estaba en Caleu o en el espacio de reflexión que hacían juntos.

jueves, 19 de octubre de 2017

Re-descubriendo a Caleu


Su vida había cambiado rotundamente, ahora tenía mucho espacio y tiempo para estar consigo mismo. Evidentemente estaba en una búsqueda, pero no sabía bien de qué. Sí sabía que algunas cosas que antes eran importantes para él, ya no lo eran, como tener un auto nuevo, o ganar una cierta cantidad de dinero o estar en el camino interminable de llegar a ser “exitoso”. Su vida ya había recorrido unos cuarenta y cuatro años, pintaba canas en su cabellera, algunas personas le decían señor, pero a él no le gustaba.
Esa tarde se encontró con un amigo que hacía rato no veía, no tuvo más que destaparlo y verlo, para que este encuentro sucediera.
- Hola Caleu, ¿cómo estás? Hace tiempo que no compartimos un rato juntos. Ahora me doy cuenta de que te extrañé.
-Hola Pablín, todo este tiempo he estado aquí. Me da alegría verte.
Pablo se sobresalta, es una verdadera sorpresa escucharlo, una mezcla entre susto y alegría. Hasta ahora era él el que había interpretado cosas que Caleu quería transmitirle, de alguna manera lo sospechaba pero nunca pensó que podrían dialogar con un avión así, claramente.
-¡Podés responderme! !Te estoy escuchando!
-Claro, lo que sucede es que ahora estás preparado para escucharme, no hay cambio en mí si no en ti, por lo tanto todo tu mundo cambia.
Sí, si que ha cambiado, puede darse cuenta de ello, y claro, su mundo también.
-Sí, es que a veces se me olvida y veo al mundo como algo que está fuera de mí, como algo que ya está hecho. Es que desde chico me han enseñado que el mundo es así, es algo que ya existe, algo que está lleno de cosas, animales y personas, que las cosas no tienen vida, a veces hasta las personas pasan a ser cosas y además se espera que uno haga ciertas cosas que deben hacerse por que alguna vez alguien lo habrá establecido así. Y así obtendremos la aprobación de la sociedad que nos está juzgando. Y siendo aprobados nos sentiremos amados. Pero hay un problema, y es que eso no es amor, más bien es manipulación.
-¡Pará!, respirá Pablín. El mundo es tuyo, y hay tantos mundos posibles como estrellas en el cielo.
Silencio.
-Sabés, una cosa Caleu, yo creí que mi vida ya estaba armada, encaminada, que corría sobre rieles.
-El ir sobre rieles puede resultar más seguro, más rápido o enfocado, pero vas hacia donde las vías te lleven, y vos sos piloto, ya experimentaste esa libertad que se siente al volar.
- Si, pero a veces me siento perdido y no se que es lo que quiero. Y hay ocasiones en que esto me angustia.
-¡Que bueno!
-¿¿¿Que bueno??? ¿Que tiene de bueno?
-Que ese es el comienzo, el verdadero comienzo de un gran viaje. Imaginate que vas a una ciudad, que nunca habías visitado, ¿sabés para dónde queda la plaza? O ¿ hacia que dirección hay que ir para llegar al banco?
- No, me sentiría perdido también.
- Por que es un terreno completamente nuevo, no uno que visitabas de vez en cuando. Es que, ¿acaso está mal sentirse perdido? ¿acaso está mal volver a comenzar?
- En la sociedad pareciera que sí. Pero se equivocan, y yo no estoy aquí, en esta existencia, para complacerlos a ellos. Yo estoy aquí para aprender algunas cosas y hacer mi propio camino.
- Bueno, ya hay algo que sabés entonces, que querés hacer tu propio camino.
- Sí, es cierto.
- Cuando uno está explorando en territorios nuevos puede vivir la incertidumbre que hay allí con la pesadez del temor o con la liviandad de la aventura. Sin embargo la incertidumbre es la misma, la forma de vivirlo está en uno. Aunque, pensándolo bien, hay un mundo en que la incertidumbre como entidad no existe y otro mundo paralelo en el que si existe.
- Esto me conecta con otra cosa, es algo que percibía, me sentía niño y no me gustaba la idea de crecer o de madurar, es que veía a los mayores y simplemente me parecían personas que dejaban de jugar, que dejaban de divertirse y que hacían lo “correcto”, y a veces ni siquiera eso correcto era propio sino lo socialmente correcto. Acabo de entender que son cosas distintas: crecer o volverse grande es inevitable, madurar no. Madurar sería como volverse grande (juntando experiencias) pero manteniéndonos niños. ¿No se por qué me aparece esto?
- ¿Será que pensabas que te estabas volviendo grande cuando en realidad estás madurando?
- Ja, puede ser. Gracias Caleu por esta charla, fue bueno descubrirte así. Nos vemos pronto.
Se fue pensando en todo lo que habían conversado, estaba en paz, liviano, sintiendo eso que siempre siente cuando está volando.

miércoles, 5 de abril de 2017

El piloto disfruta del vuelo. (Cap. 3 del libro que estoy escribiendo)




Si me pregunto ¿qué encuentro en el vuelo?, o ¿qué es lo que hace que me guste volar?, me conecto rápidamente con placer y disfrute.
Una de estas cosas que siento es libertad, libertad para moverme por el aire por dónde quiera, puedo ir más bajo o más alto, más acá o más allá, no estoy limitado por una calle o carretera. El vuelo siempre es un paseo y dónde aterrizo siempre soy bienvenido. Mis ojos sienten libertad, esto de que nada se les interponga, poder ver hasta el horizonte, ver la pequeñez del abajo. Mis pulmones sienten libertad, Caleu tiene cabina abierta, así que cuando respiro, respiro un aire limpio, respiro energía, respiro vitalidad.
Encuentro paz, la paz surge cuando mis conversaciones se detienen, me refiero a mis conversaciones internas. Lo que hay en el vuelo es tan grande, tan magnífico, que simplemente dejo de conversarme, dejo de pensar, solo hay estar presente, absolutamente aquí y ahora, deja de existir el pasado y el futuro.
Encuentro juego y diversión, provocadas por las situaciones que me invitan, seguir un río serpenteante, ascender porque una nube me llama con sus térmicas, dibujar un círculo perfecto porque allí abajo hay un molino, ir más allá porque hay algo que me atrajo, hacer varios aterrizajes porque hay viento cruzado, alabear porque alguien me saluda desde abajo.
Encuentro desafíos, cuando hay situaciones en donde, por ejemplo, aparecen ráfagas de vientos que no esperábamos, aterrizajes con vientos cruzados, vuelos en días muy inestables en donde se nos mueve todo.
Encuentro armonía, ¿Qué es armonía para mí? Es un estado en donde hay paz, serenidad, y un estar presente. Es un estado en donde tengo disponible todos mis recursos. No está presente nuestra máquina interna de juzgarlo todo, y no hay posibilidad de reacciones.
Claro, ahora que reflexiono un poco sobre estas cosas que encuentro allá arriba, en el cielo, me doy cuenta que es genial, por eso aparece el disfrutar, el disfrutar del vuelo.
¿Y qué pasa si vamos hacia algún lugar, con un destino? ¿Cambia algo?
No, mi respuesta es que nada cambia. El piloto disfruta del vuelo cuando sale a dar unas vueltas y cuando va a un lugar determinado. Puede hacer un plan de vuelo, disfrutar de todo el vuelo y llegar a destino.
Observo que aquí en el suelo las cosas cambian, es común ver muchas personas corriendo tras sus objetivos, personas muy activas, dinámicas, emprendedoras, verdaderos hacedores, personas que hicieron detenidamente un plan de acción para conquistar esos objetivos, pero que no están disfrutando.
Un indicador de que esto ocurre es el ir por un objetivo para ni bien alcanzarlo comenzar a ir por otro y luego por otro, y realmente no se observa un disfrutar de lo alcanzado. Yo me pregunto en estos casos ¿queremos lo que decimos que queremos? ¿O nos ponemos objetivos por que hay que ponerse objetivos?
Creo que el no estar disfrutando tiene que ver con donde están puestos nuestros ojos, dónde estamos viviendo, con esto me refiero al tiempo. Si estamos pensando en todo momento, de dónde partimos, de dónde venimos, cuáles fueron nuestras experiencias anteriores o semejantes, estamos viviendo en el pasado. Si estamos pensando y toda nuestra atención está en el objetivo, y tenemos prisa por alcanzarlo, y no hay nada más importante que conseguir o lograr ese objetivo, estamos viviendo en el futuro. Cuando estamos en el pasado o en el futuro, nos estamos perdiendo del presente.
El disfrutar, en cambio, aparece como posibilidad en el presente, en el ahora. El ahora es el único tiempo real, el ahora es donde vivimos, es donde estamos, es donde somos. Tanto el pasado como el futuro son solo conversaciones.
Cuando no estamos disfrutando es común que aparezcan el enojo o la exigencia, nos enojamos con nosotros mismos y nos auto-exigimos y esto seguramente no contribuye a nuestro bien-estar y nos lleve a un lugar que no queremos.
Hay personas que sostienen que no tienen tiempo para disfrutar, que tienen tanto por hacer, tantas tareas, tantas responsabilidades que es imposible parar un ratito para disfrutar, disfrutar es un lujo que no pueden darse. No están viendo que tienen la posibilidad de elegir vivir la vida que quieren vivir.
Estamos inmersos en una cultura que valora los resultados y se olvida de lo mágico e importante del proceso. Es en el proceso justamente donde tenemos la oportunidad del aprendizaje y es en el proceso donde vivimos.
Considero de mucho valor tener proyectos, objetivos, realizar nuestros planes para alcanzarlos e ir por ellos. Son nuestros desafíos, donde podemos ver la expresión de nuestro liderazgo personal, una oportunidad de crecimiento e incluso alguno de estos objetivos puede darle sentido a  nuestras vidas. Lo que yo digo es que hay una gran diferencia en como los vivimos.
Para saber desde dónde estamos viviendo podemos hacernos una pregunta ante lo que nos pase: ¿estamos teniendo problemas o desafíos que resolver?
Algo que condiciona, o que abre la posibilidad a que el disfrutar aparezca, es el tipo de ojos que tiene un piloto. El piloto ve el mundo como una fuente inagotable de aventuras, de oportunidades. Ante una misma situación una persona puede ver peligro, riesgo mientras que otra puede ver desafío, aventura. A esta diferencia en la forma de ver es a la que me refiero.
El tema es que esta pequeña diferencia en nuestra forma de ver, en nuestra manera de estar siendo, va a hacer que vivamos en un mundo o en otro. El mundo aparece para mí como un lugar de bienestar, de amor, etc., o como un lugar de mal-estar, de agresión, etc. ¿Qué es lo que cambia? Mi ver, yo, mi vivir y mi forma de relacionarme.
            El piloto disfruta más del proceso del vuelo, que del llegar al destino. ¿estamos disfrutando el proceso de lo que estamos haciendo? ¿estamos presentes? ¿Qué necesitamos para empezar a disfrutar del proceso? ¿sabemos que es nuestra elección?

martes, 21 de marzo de 2017

¿Somos o estamos siendo?




Hola, este espacio, entre otras cosas, es un espacio de reflexión. ¿Que qué es un espacio de reflexión? ¿Que qué quiero que pase? Para mí un espacio de reflexión es un espacio para hacernos preguntas y para desafiarnos algunas creencias. Lo que quiero que pase es que a través de este espacio, a través de interpretaciones distintas, no hablo de verdades, veamos oportunidades para generar mayor bien-estar en nuestras vidas, con bien-estar me refiero a estar bien, no a bienestar económico que es como generalmente lo interpretamos.
El título de esta ocasión dice: ¿somos o estamos siendo? Y es que sucede que en muchas oportunidades solemos describirnos a nosotros mismos diciendo cosas como por ejemplo: yo soy tímido, o yo soy desenvuelto, o yo soy decidido, o yo soy indeciso, o yo soy…… Algunas de estas cosas que decimos nos abren posibilidades y otras nos cierran posibilidades.
Cuando decimos soy de esta manera o soy de esta otra, yo soy así, etc., estamos sosteniendo que somos de una manera fija, como que no es posible modificarlo, que está en nuestra esencia. Tristemente, sin darnos cuenta nos estamos encasillando a nosotros mismos. Algunas personas sostienen que la gente no cambia, y yo digo: ¿creemos que las personas pueden aprender? Si no ¿como es que hay escuelas y universidades? En el aprendizaje, ¿no hay un cambio?
Veamos algo: cuando yo iba al secundario me consideraba tímido, sin embargo era tímido en algunos dominios de mi vida pero en otros dominios no. Una cosa era con las chicas de la escuela y otra era con mis amigos y primos. Entonces ¿era tímido o no lo era?
He escuchado a madres solteras decir: ‘’yo soy sola’’, y enseguida me sale la pregunta: ¿sos sola o estás sola?
Cuando al hablar decimos estoy siendo hablamos del ahora cambiante, cuando decimos soy hablamos de presente, pasado y futuro. Observemos la diferencia entre decir: ‘‘soy tímido’’ a decir ‘’estoy siendo tímido’’. En la primera frase no vemos posibilidades de ser diferente, en la segunda sí. Si me digo estoy siendo tímido, se me abre la posibilidad de elegir estar siendo de otra manera, de elegir estar siendo como quiero estar siendo, o sea, de diseñarme a mí mismo como la ocasión lo requiera.
En fin, le veo mucho poder a esta interpretación y por ello la elijo para mi vida personal. Y vos, ¿cuál interpretación elegís? ¿cuáles son tus “yo soy …” que te están cerrando posibilidades?

domingo, 1 de enero de 2017

Feliz 2017

Gracias 2016 por todo lo vivido, por muchas alegrías, también algunos dolores, enojos y tristezas; aprendizajes del vivir. Gracias a todos con los que he compartido en algún momento mi tiempo, resulté bendecido con sus presencias. Gracias por los re-encuentros, por las personas que están a mi lado, por la familia y por los amigos. Perdón a quienes haya herido o a quien no haya dedicado la atención suficiente.
Deseo que en este 2017 el amar se instale en nuestro forma de ver y de ser para así poner lo mejor de nosotros en el mundo.

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (final)

En cuanto a un buen descanso, si me alimento bien y si tengo una buena actividad física, me ayudan en mucho. Si a esto le sumo el soltar l...