miércoles, 5 de abril de 2017

El piloto disfruta del vuelo. (Cap. 3 del libro que estoy escribiendo)




Si me pregunto ¿qué encuentro en el vuelo?, o ¿qué es lo que hace que me guste volar?, me conecto rápidamente con placer y disfrute.
Una de estas cosas que siento es libertad, libertad para moverme por el aire por dónde quiera, puedo ir más bajo o más alto, más acá o más allá, no estoy limitado por una calle o carretera. El vuelo siempre es un paseo y dónde aterrizo siempre soy bienvenido. Mis ojos sienten libertad, esto de que nada se les interponga, poder ver hasta el horizonte, ver la pequeñez del abajo. Mis pulmones sienten libertad, Caleu tiene cabina abierta, así que cuando respiro, respiro un aire limpio, respiro energía, respiro vitalidad.
Encuentro paz, la paz surge cuando mis conversaciones se detienen, me refiero a mis conversaciones internas. Lo que hay en el vuelo es tan grande, tan magnífico, que simplemente dejo de conversarme, dejo de pensar, solo hay estar presente, absolutamente aquí y ahora, deja de existir el pasado y el futuro.
Encuentro juego y diversión, provocadas por las situaciones que me invitan, seguir un río serpenteante, ascender porque una nube me llama con sus térmicas, dibujar un círculo perfecto porque allí abajo hay un molino, ir más allá porque hay algo que me atrajo, hacer varios aterrizajes porque hay viento cruzado, alabear porque alguien me saluda desde abajo.
Encuentro desafíos, cuando hay situaciones en donde, por ejemplo, aparecen ráfagas de vientos que no esperábamos, aterrizajes con vientos cruzados, vuelos en días muy inestables en donde se nos mueve todo.
Encuentro armonía, ¿Qué es armonía para mí? Es un estado en donde hay paz, serenidad, y un estar presente. Es un estado en donde tengo disponible todos mis recursos. No está presente nuestra máquina interna de juzgarlo todo, y no hay posibilidad de reacciones.
Claro, ahora que reflexiono un poco sobre estas cosas que encuentro allá arriba, en el cielo, me doy cuenta que es genial, por eso aparece el disfrutar, el disfrutar del vuelo.
¿Y qué pasa si vamos hacia algún lugar, con un destino? ¿Cambia algo?
No, mi respuesta es que nada cambia. El piloto disfruta del vuelo cuando sale a dar unas vueltas y cuando va a un lugar determinado. Puede hacer un plan de vuelo, disfrutar de todo el vuelo y llegar a destino.
Observo que aquí en el suelo las cosas cambian, es común ver muchas personas corriendo tras sus objetivos, personas muy activas, dinámicas, emprendedoras, verdaderos hacedores, personas que hicieron detenidamente un plan de acción para conquistar esos objetivos, pero que no están disfrutando.
Un indicador de que esto ocurre es el ir por un objetivo para ni bien alcanzarlo comenzar a ir por otro y luego por otro, y realmente no se observa un disfrutar de lo alcanzado. Yo me pregunto en estos casos ¿queremos lo que decimos que queremos? ¿O nos ponemos objetivos por que hay que ponerse objetivos?
Creo que el no estar disfrutando tiene que ver con donde están puestos nuestros ojos, dónde estamos viviendo, con esto me refiero al tiempo. Si estamos pensando en todo momento, de dónde partimos, de dónde venimos, cuáles fueron nuestras experiencias anteriores o semejantes, estamos viviendo en el pasado. Si estamos pensando y toda nuestra atención está en el objetivo, y tenemos prisa por alcanzarlo, y no hay nada más importante que conseguir o lograr ese objetivo, estamos viviendo en el futuro. Cuando estamos en el pasado o en el futuro, nos estamos perdiendo del presente.
El disfrutar, en cambio, aparece como posibilidad en el presente, en el ahora. El ahora es el único tiempo real, el ahora es donde vivimos, es donde estamos, es donde somos. Tanto el pasado como el futuro son solo conversaciones.
Cuando no estamos disfrutando es común que aparezcan el enojo o la exigencia, nos enojamos con nosotros mismos y nos auto-exigimos y esto seguramente no contribuye a nuestro bien-estar y nos lleve a un lugar que no queremos.
Hay personas que sostienen que no tienen tiempo para disfrutar, que tienen tanto por hacer, tantas tareas, tantas responsabilidades que es imposible parar un ratito para disfrutar, disfrutar es un lujo que no pueden darse. No están viendo que tienen la posibilidad de elegir vivir la vida que quieren vivir.
Estamos inmersos en una cultura que valora los resultados y se olvida de lo mágico e importante del proceso. Es en el proceso justamente donde tenemos la oportunidad del aprendizaje y es en el proceso donde vivimos.
Considero de mucho valor tener proyectos, objetivos, realizar nuestros planes para alcanzarlos e ir por ellos. Son nuestros desafíos, donde podemos ver la expresión de nuestro liderazgo personal, una oportunidad de crecimiento e incluso alguno de estos objetivos puede darle sentido a  nuestras vidas. Lo que yo digo es que hay una gran diferencia en como los vivimos.
Para saber desde dónde estamos viviendo podemos hacernos una pregunta ante lo que nos pase: ¿estamos teniendo problemas o desafíos que resolver?
Algo que condiciona, o que abre la posibilidad a que el disfrutar aparezca, es el tipo de ojos que tiene un piloto. El piloto ve el mundo como una fuente inagotable de aventuras, de oportunidades. Ante una misma situación una persona puede ver peligro, riesgo mientras que otra puede ver desafío, aventura. A esta diferencia en la forma de ver es a la que me refiero.
El tema es que esta pequeña diferencia en nuestra forma de ver, en nuestra manera de estar siendo, va a hacer que vivamos en un mundo o en otro. El mundo aparece para mí como un lugar de bienestar, de amor, etc., o como un lugar de mal-estar, de agresión, etc. ¿Qué es lo que cambia? Mi ver, yo, mi vivir y mi forma de relacionarme.
            El piloto disfruta más del proceso del vuelo, que del llegar al destino. ¿estamos disfrutando el proceso de lo que estamos haciendo? ¿estamos presentes? ¿Qué necesitamos para empezar a disfrutar del proceso? ¿sabemos que es nuestra elección?

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (final)

En cuanto a un buen descanso, si me alimento bien y si tengo una buena actividad física, me ayudan en mucho. Si a esto le sumo el soltar l...