jueves, 31 de mayo de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (2º Parte)


Soy consciente de que para que estas maravillosas experiencias que vivo mientras vuelo tengan lugar, hay un par de cosas previas que suceden, que resultan indispensables, ellas son un mantenimiento adecuado del avión y el chequeo pre-vuelo, y digo que resultan indispensables, porque, como me dijo un piloto cuando yo estaba aprendiendo a volar, allá arriba, en el aire, no hay banquina y tirarse al costado de la ruta y ponerse a reparar algo, no es una posibilidad. Y si bien no podemos controlar que nada se descomponga o se rompa, si podemos hacernos responsables de realizar estas tareas con miras a que estos eventos no sucedan, o por lo menos minimizarlos todo lo posible.
Normalmente no se espera a que algo falle o se rompa, cuando cumple una cantidad de horas voladas hay cosas que son reemplazadas, cosas como bulones, bujías, remaches, seguros, etc., pues se considera que tiene un desgaste del material, un agotamiento con el cual pierde seguridad. Otra cosa importante es que no utilizamos cualquier combustible, nos fijamos en una marca de combustible que consideramos de buena calidad. Lo mismo con el aceite, utilizamos el mejor aceite y sintético, que es el que más va a cuidar nuestro motor. Cuidar a mi Caleu en definitiva también es cuidarme a mí mismo.
            Cada vuelo siempre comienza con el chequeo del avión. El chequeo consiste en una minuciosa inspección de todo el avión con un recorrido que comienza por la cabina. Comandos, palanca adelante y atrás, el timón de profundidad baja y sube; palanca a izquierda y luego a derecha, observamos como sube el alerón izquierdo y baja el derecho, y luego a la inversa. Altímetro en cero. Velocímetro en cero, contacto en off, verifico el acelerador en todo su recorrido, muevo la palanca de freno. Verifico la rueda de nariz, la presión, los cables que la comandan, los bulones, los seguros. Que no haya movimiento en la nariz del avión. Observación visual de la hélice, pasamos la mano para sentir que no haya golpes, seguimos con el motor: toco el filtro de aire, los cables de bujías, verifico los seguros de los capuchones, los bulones que sujetan el motor, que el caño de escape esté firme, con sus resortes y seguros en orden. La rueda derecha, de nuevo presión, bulones y seguros. Ahora es el turno del ala derecha, bulón de encastre, pasamos las manos por todo el borde de ataque verificando las costillas y que el recubrimiento del ala esté sano, montantes y sus bulones, seguros de la roldana del cable de comandos, verificamos el tubo pitot, aplicamos un movimiento al ala desde la punta para constatar que esté firme. Borde de fuga, observamos que estén en orden los seguros de los bulones del alerón, que el alerón se mueva libremente en todo su recorrido, los terminales del cable de comandos que llegan al alerón, bulón trasero de encastre del ala. En la cola verificamos el recubrimiento de las superficies, que esté libres de rasgones o agujeros, los seguros, movimiento en todo su recorrido y toma de los comandos de dirección y profundidad. Tanque de combustible, fijación, cantidad de combustible, tapa bien cerrada y ahora todo lo del ala izquierda igual que la derecha, rueda izquierda y finalizamos el chequeo. Son aproximadamente diez minutos que le dedicamos a este proceso previo a cada vuelo.
            El avión es nuestro cuerpo en el cielo a la hora de volar y lo cuidamos. ¿y si estamos en el suelo? ¿tenemos conciencia de que tenemos un cuerpo? ¿lo cuidamos? ¿sabemos qué es cuidarlo? ¿podemos ver que si cuidamos nuestro cuerpo tendremos un cuerpo más saludable? ¿podemos ver que con un cuerpo más saludable somos más libres? ¿distinguimos cuando nos habla? ¿qué nos dice nuestro cuerpo? ¿lo escuchamos?

viernes, 18 de mayo de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (1º Parte)


El pronóstico decía que hoy iba a ser un día bastante feo, igual eso siempre es sólo aplicable a la meteorología, mi día va a ser como yo lo elija y lo construya. Grata sorpresa me llevé al levantarme en este día domingo a las siete de la mañana, cuando miro para afuera y encuentro un cielo azul intenso, totalmente despejado, y un potente sol, saludando, allá en el este. Es una pena perder tiempo en desayunar, así que un bañito rápido, me tiro algo de ropa encima y me voy al aeródromo.
Caleu es mi avión, algunos, cuando lo miran, podrán ver una serie de tubos, telas, bulones, butaca, relojes, ruedas, motor y no mucho más, perfectamente ensamblados, formando una máquina voladora que luego una persona puede pilotear. Eso no es lo que yo veo cuando veo a Caleu. Para mí eso no es ver a Caleu, eso es ver una serie de cosas solamente. Caleu es mi compañero de vuelo, es con quién comparto esos ratos en el aire, es el que me muestra ciertas cosas que por ahí me pasarían desapercibidas, es con quién surge ese espacio de reflexión que tanto disfruto, es quién me presta sus alas para que juntos podamos volar.
Caleu me sonríe cuando me ve llegar, lo saco afuera del hangar, hago el chequeo, que para él es un mimo, llenamos de combustible y arrancamos nuestra aventura de hoy.
Cabecera 03, potencia a full, cuidando el ala derecha, pues hay un vientito importante del este, corremos sobre el césped y Caleu se zambulle en el océano de aire, ya arriba nos sacudimos un poco por efecto de los vientos. Nos dirigimos hacia el noreste buscando la ruta 11. Un grupo de varios cumulitos vienen en dirección opuesta, desde esa enormidad que es nuestro Río de La Plata, estamos pasando por abajo cuando las pequeñas nubes nos llaman, siento que Caleu sube, bajo la potencia, pero Caleu sigue subiendo, es entonces cuando entiendo y le digo: ´´¿querés subir? Dale, vamos``. Entonces lo ayudo y con muy poca potencia nos dejamos llevar hacia arriba, giramos para mantenernos dentro de la térmica, ascendemos y pronto la visibilidad disminuye, estamos adentro, es hermoso, se siente libre. Visibilidad de nuevo, estoy a mil cien pies de altura, veo allí en el frente que vienen varias nubecitas más y allí vamos con Caleu, entramos nuevamente en otra, pero en esta oportunidad asomo mi cabeza por el costado de la carlinga, la nube acaricia mi rostro, me abraza, respiro hondo y la siento en mis pulmones, es como respirar alegría, es como respirar paz. El tiempo se para, disfrutar es la palabra, plenitud y completud es la emoción. Es intenso, muy intenso.
Estoy nuevamente afuera, ascendemos un poquito más y miro las nubes, solo que para mirarlas hay que ver hacia abajo, que lindo es la libertad de poder ver las cosas desde distintos lugares, desde distintos ángulos, y esto es algo que no está reservado solo para los aviadores. (Versión modificada de “Nubes y encuentro” del libro Permitido Volar)

sábado, 5 de mayo de 2018

El piloto es el responsable (final)


Veo de valor diferenciar responsable de culpable, ya que es frecuente esta confusión, sobre todo cuando algo no sale como esperábamos. Al decirme culpable de algo me estoy poniendo en un lugar de sufrimiento, me estoy juzgando de una manera que limita mis posibilidades, estoy cediendo poder, cuando me digo culpable, de nuevo, nada cambia. Por el contrario cuando me digo responsable es diferente, pues ante las mismas circunstancias anteriores me digo: ¿ok, como respondo a esto? ¿cuál va a ser mi respuesta?
Puede que suceda que, en determinada situación, sienta que no tenga disponible alguna respuesta. ¿Qué pasa entonces? ¿Qué hago ahora? Pues bien, ser responsable no quiere decir tener todas las respuestas a todo lo que pueda pasar, pero si no suelto mi responsabilidad ya aparece una nueva respuesta que puede ser pedir ayuda, pedir asistencia, y utilizar este espacio para generar reflexión y aprendizaje, ya que por suerte no somos fijos, rígidos e inamovibles.
Entonces sucede que tomando responsabilidades genero más oportunidades de aprendizaje, estos nuevos aprendizajes que ahora incorporo (hago cuerpo) no son otra cosa que desarrollo personal, por lo tanto resulto transformado en una persona más poderosa (de poder hacer, capacidad de acción).
En fin, interpreto que la palabra responsable me da poder de acción y elección.
¿Y para nuestro vivir? ¿Desde qué lugar actuamos? ¿Somos los pilotos de nuestra vida? ¿Nos hacemos cargo de vivir como queremos vivir?
Entonces, cuando digo que estoy siendo el piloto de mi vida, quiere decir que elijo hacerme responsable, ser el diseñador y constructor de ella, ser partícipe, disfrutando en el ahora y así ir construyendo mi futuro.

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (final)

En cuanto a un buen descanso, si me alimento bien y si tengo una buena actividad física, me ayudan en mucho. Si a esto le sumo el soltar l...