sábado, 16 de junio de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (final)


En cuanto a un buen descanso, si me alimento bien y si tengo una buena actividad física, me ayudan en mucho. Si a esto le sumo el soltar las conversaciones o pensamientos que me tienen preocupado, por ejemplo pasándolas a un papel donde al otro día, descansado, pueda juzgar si se trata de algo importante de lo que elija ocuparme, ya me siento en armonía para ese buen descanso. Yo le llamo descansar bien a dormir de seis a siete horas corridas por la noche y hacer una siesta de entre quince minutos y hasta una hora, estos son mis tiempos, y cada uno tendrá los suyos. A mí me pasa que si duermo más de esto ya me levanto con alguna molestia, no soy de los que disfrutan de estar en la cama, ni bien me despierto me levanto.

Hasta aquí hemos hablado del cuidado de nuestro cuerpo, pero quisiera ahora sumar dos cuidados más:
  • El cuidado de mi mente o de mis conversaciones: ¿qué tipo de conversaciones sostengo?, ¿me abren posibilidades o me las cierra?, ¿veo el mundo como oportunidad o como algo hostil?
            Yo digo que la interpretación que tenga del mundo va configurar el cómo viva en ese mundo, y esta interpretación del mundo es mía y puedo modificarla.

  • El cuidado de las relaciones: aquí entra el cuidado de la relación que mantengo conmigo mismo, con el otro, con los otros y con el mundo.
            Cuando hablo de estos cuidados, me refiero a comprometerme con cuidar, con respetar, con amar, con verme y ver al otro. Si yo me veo y veo al otro, tenemos presencia, o sea, estamos presentes.
            Algo que puedo preguntarme para saber si estoy viéndome es: ¿digo que no cuando quiero decir no?, ¿digo que sí cuando quiero decir sí?
Opino que cambia mucho el cómo me siento si me estoy cuidando, teniendo estas cosas presentes, teniéndome a mí presente.

domingo, 10 de junio de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (4º Parte)


         Con respecto a una actividad física está a la vista que nuestras actividades laborales son cada vez más sedentarias, y creo que nuestro cuerpo está diseñado para realizar unas cuantas cosas, que antes eran indispensables y ahora de alguna manera están automatizadas, el trabajo de antes era poniendo más el cuerpo de lo que es hoy.
Siento personalmente, que si no hago algo con mi cuerpo no estoy completo. Cuando no estoy haciendo alguna actividad física en forma regular siento mal-estar, incomodidades, dolores, contracturas, la postura de mi espalda cambia y se vuelve más curva. Como llevo varios años haciendo algo, si pasan quince días sin practicar por algún motivo, ya siento que a mi cuerpo le falta eso.
Y la verdad es que veo una gran oportunidad ante esto que nos sucede, de que los trabajos sean más sedentarios, ya que entonces puedo elegir como actividad para el cuerpo algo divertido o estimulante o relajante o desafiante según sean nuestros gustos y/o necesidades.
En mi caso, durante dos años hice natación, el primer año con profesor y el segundo solo, me resultó una actividad de lo más completa, recuerdo que en oportunidades me dolían músculos que ni siquiera sabía que tenía. Luego me compré una máquina de remo, y durante un tiempo remé en la oficina que tenía arriba de casa, también me resultó muy completo. Luego fui a clases de salsa, como actividad me resultó muy aeróbica, pero además muy divertida, realmente me la pasaba muy bien. Luego retomé el Aikido, que había dejado por dolores en mis rodillas, que hoy ya no tengo. Actualmente lo sigo practicando y además lo enseño, el aikido es mucho más que una actividad física, involucra el cuerpo y la mente, la coordinación entre ellos, y también la relación con otra persona y con el universo.
Cada persona tendrá sus gustos y preferencias, y también sus situaciones. Lo importante para mí es hacernos algunas preguntas: ¿Qué estamos haciendo por nuestro cuerpo? ¿lo estamos cuidando? Si no es así, ¿que me está faltando para verlo como posibilidad y empezar a hacerlo?

lunes, 4 de junio de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (3º Parte)


            Considero que hay tres aspectos importantes para tener en cuenta con respecto a nuestro cuerpo, ellos son: buena alimentación, buena ejercitación y buen descanso.
            Una buena alimentación es para mí un comer en calidad, cantidad y forma adecuada. Pero ¿qué es calidad, cantidad y forma adecuada? Seguramente sea diferente para cada persona, y si nuestra respuesta es: no sé,  tenemos la posibilidad de crear el espacio para investigar, consultar y aprender.
Había una costumbre que yo tenía, que consistía en comer hasta que no quedara más comida en la bandeja, la cambié por no poner la bandeja en la mesa, luego la reemplacé por cocinar menor cantidad. El tema es que me di cuenta que si como en exceso me siento muy pesado y me molesta mi cuerpo para hacer cualquier cosa que quiera hacer. Otra cosa que aprendí es que si mi dieta tiene más verduras, frutas, cereales y semillas, que harinas y carnes, me siento mucho más ágil y dinámico y esto no quiere decir que no coma harinas y carnes, que de hecho me gustan. Busco el equilibrio, y cuando lo pierdo, lo distingo y vuelvo a él.
También fui encontrando, en distintas lecturas sobre este tema, cosas que me hicieron sentido, como culturas orientales que dicen que somos lo que comemos, que nos cambia mucho el qué comemos y el cómo cocinamos eso que comemos. También recuerdo haber leído sobre originarios de Australia que entre tantas cosas decían que preferían comer alimentos sin cara, me impactó la forma en que decían no comer carnes. En definitiva aprendí que comemos para obtener energía, que los alimentos son energía y que cada alimento tiene distintas energías que hay que saber combinar para estar sanos.
¿Cómo nos estamos alimentando? ¿Nos tomamos nuestro tiempo para comer sentados o comemos mientras hacemos otra cosa? ¿Nuestra alimentación es variada? ¿Nuestra alimentación nos nutre o solo nos llena?

jueves, 31 de mayo de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (2º Parte)


Soy consciente de que para que estas maravillosas experiencias que vivo mientras vuelo tengan lugar, hay un par de cosas previas que suceden, que resultan indispensables, ellas son un mantenimiento adecuado del avión y el chequeo pre-vuelo, y digo que resultan indispensables, porque, como me dijo un piloto cuando yo estaba aprendiendo a volar, allá arriba, en el aire, no hay banquina y tirarse al costado de la ruta y ponerse a reparar algo, no es una posibilidad. Y si bien no podemos controlar que nada se descomponga o se rompa, si podemos hacernos responsables de realizar estas tareas con miras a que estos eventos no sucedan, o por lo menos minimizarlos todo lo posible.
Normalmente no se espera a que algo falle o se rompa, cuando cumple una cantidad de horas voladas hay cosas que son reemplazadas, cosas como bulones, bujías, remaches, seguros, etc., pues se considera que tiene un desgaste del material, un agotamiento con el cual pierde seguridad. Otra cosa importante es que no utilizamos cualquier combustible, nos fijamos en una marca de combustible que consideramos de buena calidad. Lo mismo con el aceite, utilizamos el mejor aceite y sintético, que es el que más va a cuidar nuestro motor. Cuidar a mi Caleu en definitiva también es cuidarme a mí mismo.
            Cada vuelo siempre comienza con el chequeo del avión. El chequeo consiste en una minuciosa inspección de todo el avión con un recorrido que comienza por la cabina. Comandos, palanca adelante y atrás, el timón de profundidad baja y sube; palanca a izquierda y luego a derecha, observamos como sube el alerón izquierdo y baja el derecho, y luego a la inversa. Altímetro en cero. Velocímetro en cero, contacto en off, verifico el acelerador en todo su recorrido, muevo la palanca de freno. Verifico la rueda de nariz, la presión, los cables que la comandan, los bulones, los seguros. Que no haya movimiento en la nariz del avión. Observación visual de la hélice, pasamos la mano para sentir que no haya golpes, seguimos con el motor: toco el filtro de aire, los cables de bujías, verifico los seguros de los capuchones, los bulones que sujetan el motor, que el caño de escape esté firme, con sus resortes y seguros en orden. La rueda derecha, de nuevo presión, bulones y seguros. Ahora es el turno del ala derecha, bulón de encastre, pasamos las manos por todo el borde de ataque verificando las costillas y que el recubrimiento del ala esté sano, montantes y sus bulones, seguros de la roldana del cable de comandos, verificamos el tubo pitot, aplicamos un movimiento al ala desde la punta para constatar que esté firme. Borde de fuga, observamos que estén en orden los seguros de los bulones del alerón, que el alerón se mueva libremente en todo su recorrido, los terminales del cable de comandos que llegan al alerón, bulón trasero de encastre del ala. En la cola verificamos el recubrimiento de las superficies, que esté libres de rasgones o agujeros, los seguros, movimiento en todo su recorrido y toma de los comandos de dirección y profundidad. Tanque de combustible, fijación, cantidad de combustible, tapa bien cerrada y ahora todo lo del ala izquierda igual que la derecha, rueda izquierda y finalizamos el chequeo. Son aproximadamente diez minutos que le dedicamos a este proceso previo a cada vuelo.
            El avión es nuestro cuerpo en el cielo a la hora de volar y lo cuidamos. ¿y si estamos en el suelo? ¿tenemos conciencia de que tenemos un cuerpo? ¿lo cuidamos? ¿sabemos qué es cuidarlo? ¿podemos ver que si cuidamos nuestro cuerpo tendremos un cuerpo más saludable? ¿podemos ver que con un cuerpo más saludable somos más libres? ¿distinguimos cuando nos habla? ¿qué nos dice nuestro cuerpo? ¿lo escuchamos?

viernes, 18 de mayo de 2018

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (1º Parte)


El pronóstico decía que hoy iba a ser un día bastante feo, igual eso siempre es sólo aplicable a la meteorología, mi día va a ser como yo lo elija y lo construya. Grata sorpresa me llevé al levantarme en este día domingo a las siete de la mañana, cuando miro para afuera y encuentro un cielo azul intenso, totalmente despejado, y un potente sol, saludando, allá en el este. Es una pena perder tiempo en desayunar, así que un bañito rápido, me tiro algo de ropa encima y me voy al aeródromo.
Caleu es mi avión, algunos, cuando lo miran, podrán ver una serie de tubos, telas, bulones, butaca, relojes, ruedas, motor y no mucho más, perfectamente ensamblados, formando una máquina voladora que luego una persona puede pilotear. Eso no es lo que yo veo cuando veo a Caleu. Para mí eso no es ver a Caleu, eso es ver una serie de cosas solamente. Caleu es mi compañero de vuelo, es con quién comparto esos ratos en el aire, es el que me muestra ciertas cosas que por ahí me pasarían desapercibidas, es con quién surge ese espacio de reflexión que tanto disfruto, es quién me presta sus alas para que juntos podamos volar.
Caleu me sonríe cuando me ve llegar, lo saco afuera del hangar, hago el chequeo, que para él es un mimo, llenamos de combustible y arrancamos nuestra aventura de hoy.
Cabecera 03, potencia a full, cuidando el ala derecha, pues hay un vientito importante del este, corremos sobre el césped y Caleu se zambulle en el océano de aire, ya arriba nos sacudimos un poco por efecto de los vientos. Nos dirigimos hacia el noreste buscando la ruta 11. Un grupo de varios cumulitos vienen en dirección opuesta, desde esa enormidad que es nuestro Río de La Plata, estamos pasando por abajo cuando las pequeñas nubes nos llaman, siento que Caleu sube, bajo la potencia, pero Caleu sigue subiendo, es entonces cuando entiendo y le digo: ´´¿querés subir? Dale, vamos``. Entonces lo ayudo y con muy poca potencia nos dejamos llevar hacia arriba, giramos para mantenernos dentro de la térmica, ascendemos y pronto la visibilidad disminuye, estamos adentro, es hermoso, se siente libre. Visibilidad de nuevo, estoy a mil cien pies de altura, veo allí en el frente que vienen varias nubecitas más y allí vamos con Caleu, entramos nuevamente en otra, pero en esta oportunidad asomo mi cabeza por el costado de la carlinga, la nube acaricia mi rostro, me abraza, respiro hondo y la siento en mis pulmones, es como respirar alegría, es como respirar paz. El tiempo se para, disfrutar es la palabra, plenitud y completud es la emoción. Es intenso, muy intenso.
Estoy nuevamente afuera, ascendemos un poquito más y miro las nubes, solo que para mirarlas hay que ver hacia abajo, que lindo es la libertad de poder ver las cosas desde distintos lugares, desde distintos ángulos, y esto es algo que no está reservado solo para los aviadores. (Versión modificada de “Nubes y encuentro” del libro Permitido Volar)

sábado, 5 de mayo de 2018

El piloto es el responsable (final)


Veo de valor diferenciar responsable de culpable, ya que es frecuente esta confusión, sobre todo cuando algo no sale como esperábamos. Al decirme culpable de algo me estoy poniendo en un lugar de sufrimiento, me estoy juzgando de una manera que limita mis posibilidades, estoy cediendo poder, cuando me digo culpable, de nuevo, nada cambia. Por el contrario cuando me digo responsable es diferente, pues ante las mismas circunstancias anteriores me digo: ¿ok, como respondo a esto? ¿cuál va a ser mi respuesta?
Puede que suceda que, en determinada situación, sienta que no tenga disponible alguna respuesta. ¿Qué pasa entonces? ¿Qué hago ahora? Pues bien, ser responsable no quiere decir tener todas las respuestas a todo lo que pueda pasar, pero si no suelto mi responsabilidad ya aparece una nueva respuesta que puede ser pedir ayuda, pedir asistencia, y utilizar este espacio para generar reflexión y aprendizaje, ya que por suerte no somos fijos, rígidos e inamovibles.
Entonces sucede que tomando responsabilidades genero más oportunidades de aprendizaje, estos nuevos aprendizajes que ahora incorporo (hago cuerpo) no son otra cosa que desarrollo personal, por lo tanto resulto transformado en una persona más poderosa (de poder hacer, capacidad de acción).
En fin, interpreto que la palabra responsable me da poder de acción y elección.
¿Y para nuestro vivir? ¿Desde qué lugar actuamos? ¿Somos los pilotos de nuestra vida? ¿Nos hacemos cargo de vivir como queremos vivir?
Entonces, cuando digo que estoy siendo el piloto de mi vida, quiere decir que elijo hacerme responsable, ser el diseñador y constructor de ella, ser partícipe, disfrutando en el ahora y así ir construyendo mi futuro.

miércoles, 25 de abril de 2018

El piloto es el responsable (3º parte)


            Propongo otra manera de entender la responsabilidad que me han transmitido:

Responsabilidad = Respons-habilidad = Habilidad de respuesta

            Esta forma de ver la responsabilidad me ofrece más oportunidades, me abre posibilidades, pues hay involucradas en esta interpretación emociones diferentes a la anterior interpretación. Aquí me encuentro parado en la posibilidad, en la liviandad, en la libertad. Y son justamente estas emociones las que necesito para elegir hacerme responsable desde el bien-estar.
            Aquí podemos distinguir claramente entre obligación y responsabilidad, ya que en la obligación no hay ni liviandad ni libertad. Y después de todo ¿quién dice que estamos obligados?
Desde aquí, desde este lugar, cuando elijo hacerme responsable por algo estoy eligiendo responder, tener respuesta ante las circunstancias, ante lo que se presente, guiando que eso por lo que me hice responsable vaya hacia donde tiene que ir o llegue a donde tiene que llegar. Tiene lo estimulante, libre y desafiante de andar en ese espacio de incertidumbre, de no saber que va a suceder y ver como voy a responder a eso.
Cuando elijo hacerme responsable por algo estoy creando un nuevo mundo, estoy teniendo en mis manos el poder de construir el mundo que quiero para mí, ya que estoy eligiendo de qué cosas quiero hacerme responsable, de qué cosas son importantes para mí.
Entonces qué gran diferencia hay si elijo hacerme responsable por ejemplo de mi felicidad, de mi salud, de mi bien-estar, de mis relaciones, de mi situación económica, etc.
Pero cuidado, no es que por hacerme responsable esté el resultado garantizado, no sé lo que va a suceder, pero si sé que voy a estar presente a eso para tener una respuesta, como cuando estoy volando no sé si el viento va a soplar más fuerte, con ráfagas, pero si lo hace moveré pedales, palanca, potencia, lo que crea conveniente como la respuesta más adecuada.
¿Que generamos si no nos hacemos responsables? Nos transformamos en víctimas de las circunstancias y desde el lugar de víctima sufrimos y no tenemos disponible acciones, creemos que no podemos hacer nada, que es lo que nos tocó. La víctima tiene todo un discurso, toda una explicación para justificar lo que le pasó, a la víctima las cosas le pasan. Pero son solo explicaciones, con ellas o sin ellas nada cambia.
Interpreto al responsable como el hacedor y a la víctima como el espectador, uno juega el partido, el otro ve como otros lo juegan. El tema es cuando ese juego es nuestra vida, ¿voy a perderme la posibilidad de jugar mi juego?

Mantenimiento y chequeo pre-vuelo (final)

En cuanto a un buen descanso, si me alimento bien y si tengo una buena actividad física, me ayudan en mucho. Si a esto le sumo el soltar l...